
Lector, profesor y padre. Ha trabajado como transcriptor de textos digitalizando palabras. Se ha especializado en literatura cubana, a la que dedicó un ensayo sobre el sistema poético de Lezama Lima y una disertación sobre La carne de René, de Virgilio Piñera. Ha participado en el poemario colectivo a ocho manos Plural de habitación (Online, 2015) y y ejerce la docencia en Educación Secundaria para la Junta de Andalucía. Compagina la enseñanza con la crítica literaria en diversos medios, siendo colaborador asiduo del magazine digital “Poscultura”, donde actualmente realiza una serie reseñas y entrevistas que giran en torno al concepto de crianza y el de paternidad. Seno (Cántico, 2020) es su primer libro.
Los poemas seleccionados pertenecen a Seno. El primero es el “Exergo” del libro y los demás son fragmentos del poema central del libro, titulado homónimamente “Seno”, dedicado a la espera de un hijo.
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EXERGO
«ἄριστον μὲν ὕδωρ»
PÍNDARO
(«Mejor el agua»;
«Lo mejor, el agua»;
«El agua es mejor»;
«Lo mejor es el agua»;
«Nada hay mejor que el agua»;
«El agua es bien precioso»;
«Water is best»)
Se suele usar la fórmula apotropaica
«Los fantasmas no existen» para
ahuyentarlos, para anular o cancelar una
determinada presencia espectral. Se
suspende, entonces, la afectividad de lo
inefectivo, se difumina una virtualidad
como si realmente los fantasmas no
existieran realmente. Ahí está la Cosa,
habla. La inscripción que abre el espacio
al fantasma, lo invisible, como un labio, se
mueve sin la palabra. Este texto es una
conjura, exordio de un exordio,
preámbulo, intertexto ahora que tanto se
habla de intertextualidad, lugar entre dos
(Topos), pliegue, repliegue, emblema o
fetiche. Los niños ya no se dan miedo. La
oración ha sido pronunciada.
Metalenguaje intertextual de la
performatividad, este texto es un acto de
responsabilidad y un compromiso, un
trabajo de duelo y una apelación frente a
la grieta: verter leche para los muertos,
operar, con la literalidad de la tautología,
la voz subtitular de lo genérico.

SENO
I
En el espejo
estiro los brazos,
me miro el sobaco, el vientre panzudo,
[los pectorales fláccidos, el abdomen
suave.
Hago la llamada al sol en un cuarto
[de baño de un metro cuadrado y
una iluminación despiadada
(una bombilla desnuda
cuelga
de un cable desnudo
y sale
de un agujero
en la escayola de un techo
blanco).
Me observo,
detenidamente.
¿Es este el cuerpo de un padre o el cuerpo
[de un hijo?
¿Es este el cuerpo de un padre
o el cuerpo
de un hijo?
V
a dos metros de tu madre
a dos metros de tu hermano
a dos metros
de la pequeña cavidad que eres
tres meses de vida intra-
uterina
alimentada umbilicalmente por el vientre
de la madre
con un pétalo de cuero en la oreja
y una pluma de pavos reales
que cuelga de su lóbulo
una espada samurái
de madera
se ha comprado tu hermano
mientras yo buscaba el grillo
los grillos por el patio
un limonero
la tomatera
los naranjos
tu casa es ahora la casa de mi infancia
la espada samurái de tu hermano
la flor de pétalo de cuero
en la oreja siniestra de la madre
VI
eras una niña que se había meado encima
y me mirabas como supongo mira al mundo
[los ojos de Durero los ojos de Klee
o los ojos de Rothko
quién era la niña de mi sueño
tú eres un niño
lo ha dicho el ginecólogo
con seguridad
eras la proyección que yo hice de ti
saltando sobre el algodón en un tractor de
[cuatro metros de altura
prensando
pisando
sobre la estética
una tonelada de algodón prensada por un
[niño
el grillo suena al frotar un palo de madera
[sobre su estómago
igual que tú pesa cincuenta gramos mide
[seis centímetros
es más que él mismo
y su latido es más grande que su cuerpo
como un conjuro
froto su piel
en esta misma casa
como en la mía
la casa de mi abuela
la casa de la madre
