
El 30 de marzo, en medio de las primeras semanas de la crisis mundial del COVID-19, Hungría dio un paso decisivo para convertirse en la primera dictadura de la UE. La necesidad de un ritmo elevado en la formulación de políticas públicas y en la toma de decisiones durante el estado de emergencia declarado, llevó a que tuviese lugar lo que podría calificarse como una «autoeliminación del Parlamento»[i]. El parlamento no iba a volver a reunirse en un futuro cercano, entregando los poderes legislativos al primer ministro Viktor Orbán, quien ha gobernado por decreto, para manejar de manera “más eficaz” la crisis del COVID-19. Lo más importante aquí es que estas decisiones extraordinarias fueron indefinidas, no estaban sujetas a una cláusula de extinción, a diferencia de lo que hemos podido ver en los arreglos y pactos legislativos alcanzados en otros estados. La oposición parlamentaria y el check and balances que habilita la cámara legislativa fueron suspendidas durante el tiempo que el gobierno ha considerado conveniente.
Además, Orbán introdujo penas de prisión de hasta cinco años para periodistas que distribuyesen «información falsa» y publicasen hechos que interfiriesen en la «protección exitosa» del bienestar público general.[ii] [iii] Estas medidas, que debilitaron de manera muy preocupante las principales instituciones democráticas del país y el derecho a la libertad de prensa, llegaron al extremo de un control masivo sobre todas las políticas de salud, sin entablar ni facilitar una comunicación fluida con los expertos sanitarios. La población húngara ha podido ser más propensa a aceptar estos cambios políticos drásticos debido al temor que les ha causado el COVID 19, que, según Orbán, fue introducido en el país por culpa de los inmigrantes.[iv]
Recientemente se ha vuelto a permitir la reunión del parlamento, levantado así las duras restricciones adoptadas durante el confinamiento.[v] Esto se ha producido en gran medida gracias a las sucesivas protestas internacionales. Sin embargo, nadie sabe qué puede ocurrir en el futuro, ya que el gobierno de Orbán ha aprobado un decreto que les permite poder volver a gobernar “por decreto” cuando les plazca y así lo vean más conveniente.
Deriva autoritaria desde 2010.
Las últimas decisiones siguen la misma línea que las medidas tomadas por Orbán y el Fidesz desde 2010 para consolidar el poder. Este proceso comenzó con Fidesz usando su mayoría de dos tercios en el parlamento para revisar la constitución de Hungría en 2012[vi], que limitó la revisión judicial al cambiar tanto el alcance de lo que el Tribunal Constitucional húngaro podría decidir como la forma en la que se nombraría a los jueces. Al mismo tiempo, el gobierno también introdujo una ley de reforma electoral que remplazó el sistema de votación anterior por uno que era más favorable para Fidesz al otorgarle un evidente mayor rédito político.[vii]
La nueva constitución también limitó la libertad de prensa al limitar la campaña política a los medios de comunicación estatales, que cada vez estaban más supeditados al férreo control de los servidores de Orbán. También hay que traer a colación que se estableció un nuevo regulador de medios controlado por el gobierno bajo el nombre de Autoridad Nacional de Medios e Intercomunicaciones (NMHH, por sus siglas en inglés), y que los medios de comunicación independientes están cada vez más privados de fondos y, por ende, aislados. Estos cambios llevaron a la agencia internacional Freedom House a revisar la puntuación otorgada a Hungría en el apartado “Freedom Media” para posteriormente cambiar su calificación de “Libre” a ‘Parcialmente libre’ en 2012.[viii] Mediante una combinación de factores que incluían el arbitrario cambio en el procedimiento electoral, la supresión de los medios y una época de bonanza reflejada en un aumento de los recursos económicos de los húngaros durante un fuerte período de crecimiento económico, Fidesz fue respaldada por grandes mayorías en las elecciones de 2014 y 2018. Sin embargo, un candidato de la oposición que ganó las elecciones a la alcaldía de Budapest en 2019 trajo severos problemas para Orbán, y, a raíz de este hecho, se ha llegado a sugerir que su control sobre el poder podría debilitarse, algo impensable en un primer momento.
¿Cómo ha respondido la Unión Europea?
Desde que la propensión de Orbán hacia la autocracia y la democracia iliberal se hizo evidente, ha logrado mantener relaciones con sus aliados más relevantes a nivel europeo con el fin de obstaculizar las respuestas a esta deriva autoritaria por parte de la Unión Europea. Si bien la membresía del Fidesz en el Partido Popular Europeo (PPE) evitó los intentos de su marginación, los últimos años demostraron que el apoyo incondicional de Polonia, y más recientemente también el de Eslovenia, paralizaría las instituciones europeas tarde o temprano. La Unión Europea, en tanto que sistema basado en la tolerancia mutua y la subsidiariedad, no puede actuar sin la participación de Hungría y sus aliados en los procesos clave de toma de decisiones. Sin embargo, el Parlamento Europeo votó para activar el Artículo 7 del Tratado de la Unión Europea para suspender ciertos derechos de Hungría en 2018.[ix] No obstante, es imposible que se tomen medidas decisivas en el Consejo de la Unión Europea, ya que las acciones contra un miembro específico requieren unanimidad entre los estados miembros.
Ante un panorama marcado por la incapacidad de la UE de responder al autoritarismo progresivo de Orbán, el gobierno húngaro ha escogido un momento oportuno para dar un paso hacia delante. La crisis actual proporciona a Hungría la cobertura necesaria para promulgar nuevas medidas autoritarias. El estado-nación, tras haber sido declarado prácticamente “muerto”, puede haberse vuelto más fuerte que nunca en la época del COVID-19, mostrando que los poderes centrales de coordinación de crisis en Europa se concentran a nivel nacional. A principios de abril, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, así como una alianza de 13 miembros de la UE occidental, decidió condenar las medidas antidemocráticas puestas en marcha durante la crisis de COVID-19.[x] El mensaje estaba claramente dirigido a Hungría, pero evitó referirse directamente al gobierno de Orbán. Irónicamente, la declaración fue tan general en sus términos que el propio gobierno húngaro decidió suscribirla y ridiculizó el acto de reacción europea. [xi]
Posibles siguientes pasos.
La Unión Europea y sus estados miembros no pueden aceptar que un estado miembro se acoja a los mecanismos y engranajes que pervierten la democracia para terminar convirtiéndola en una dictadura. Por lo tanto, es necesario actuar no solo por el bien de las instituciones democráticas húngaras, sino también por la supervivencia del proyecto europeo. Si la UE no supera los obstáculos institucionales para responder a este desafío, una suerte de intento de dictador puede bloquear los principales órganos de toma de decisiones de la UE, cuestionar los valores europeos fundamentales y utilizar su país y gobierno como ejemplo para los líderes no liberales de la región. ¿Qué pueden hacer la Unión Europea y sus estados miembros?
- Estos antecedentes muestran claramente que el sobrecontrol de la política de salud puede tener efectos devastadores en las instituciones democráticas. El discurso público debe dejar de enmarcar la crisis en una especie de atmósfera de guerra catastrofista que legitime cualquier tipo de respuesta política. Si las sociedades europeas no lo hacen, es probable que los gobiernos abusen de la presencia del miedo y el caos para centralizar el poder.
- La Unión Europea debe adoptar una postura clara y cohesionada sobre los cambios institucionales húngaros promulgados durante la pandemia de COVID-19 e insistir en el establecimiento de una cláusula de extinción que restrinja claramente el marco temporal de los poderes del gobierno en el futuro. Además, debe abordarse sin mayor demora la restricción adicional de la prensa y las otras deficiencias democráticas.
- La UE debe lograr activar el artículo 7 y tomar medidas decisivas contra el gobierno húngaro en lugar de simplemente tolerar la evidente recesión democrática. El gobierno húngaro depende en gran medida de la financiación del fondo de cohesión de la UE y una serie de requerimientos bien tipificados para el acceso a estos fondos puede actuar como un incentivo para no seguir un camino autoritario. Sin embargo, tales instrumentos son espadas de doble filo y deben usarse con precaución, como lo demuestra la reacción violenta que hubo contra las sanciones al gobierno de derechas austríaco en el año 2000.[xii]
- Desde una perspectiva a largo plazo, puede resultar vital, para la perseverancia en el desarrollo del proyecto europeo, encontrar acuerdos institucionales más sólidos para lidiar con los Estados miembros que puedan adoptar medidas más autocráticas. Las actual crisis democrática a causa del COVID-19 y sus efectos directos más negativos en Hungría muestran la incapacidad de la UE de regir una estrategia común en los momentos en los que su actuación es más solicitada que nunca.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés (“Corona Autocracy in Hungary”) como un Briefing del European Student Think Tank: http://www.esthinktank.com/2020/05/09/est-briefing-on-corona-autocracy-in-hungary/
[i] Refiriéndose al golpe de estado austriaco de 1933 que fue etiquetado como «auto-eliminación del Parlamento» por el nuevo régimen (“Selbstausschaltung des Parlaments” ), Wenninger, F. (2008) Die Rettung des Vaterlandes Zeitgenössische Quellen zum Staatsstreich vom 4. März 1933, Demokratiezentrum Wien, http://www.demokratiezentrum.org/fileadmin/media/pdf/wenninger_parlament.pdf, 5-6
[ii] International Press Institute (2020) Media freedom violations in the EU under COVID-19, IPI Newsroom, 20.04.2020 https://ipi.media/media-freedom-violations-in-the-eu-under-covid-19/
[iii] Krekó, P. (2020) The world must not let Viktor Orbán get away with his pandemic power-grab, The Guardian Opinion, 01.04.2020,
[iv] Inotai, E. (2020) How Hungary’s Orban blamed migrants for coronavirus, EUOBSERVER, 20.03.2020, https://euobserver.com/coronavirus/147813
[v] BBC (2020) Coronavirus: Hungary votes to end Viktor Orban emergency powers https://www.bbc.com/news/world-europe-53062177
[vi] BBC (2013) Q&A: Hungary’s controversial constitutional changes, BBC, 11.03.2013, https://www.bbc.com/news/world-europe-21748878
[vii] Schackow, N. (2014) Hungary’s Changing Electoral System: Reform or Repression Inside the European Union?, Graduate Student Conference on the EU “Brussels as Usual?: Politics and Policy in the EU”, At University of Pittsburgh, Pittsburgh, Pennsylvania, February 28 – March 1, 2014, Volume: 9
[viii] Karlekar, K. & Dunham, J. (2012) Freedom of the Press 2012: Breakthroughs and pushback in the Middle East FREEDOM HOUSE 2012 https://freedomhouse.org/sites/default/files/Booklet%20for%20Website_0.pdf, 2
[ix] European Parliament (2018) Rule of law in Hungary: Parliament calls on the EU to act, European Parliament Press Release, 12.09.2018, https://www.europarl.europa.eu/news/en/press-room/20180906IPR12104/rule-of-law-in-hungary-parliament-calls-on-the-eu-to-act
[x] Bayer, L. (2020) 13 countries ‘deeply concerned’ over rule of law, POLITICO, 01.04.2020, https://www.politico.eu/article/viktor-orban-hungary-13-countries-deeply-concerned-over-rule-of-law/
[xi] Hungarian Ministry of Justice (2020) Statement by Hungary (Hungary joins the following statement adopted by member states of the European Union), 02.04.2020 https://www.kormany.hu/en/ministry-of-justice/news/statement-of-hungary-02042020
[xii] Black, I. (2000) Europe rallies against Haider coalition, The Guardian, 04.02.2000, https://www.theguardian.com/world/2000/feb/04/austria.ianblack